El ácido lipoico está en las estanterías de farmacias y comercios que ofrecen suplementos alimenticios. También es una sustancia que promete mucho: adelgazar, ayudar con el metabolismo y poseer un gran poder antioxidante.
¿Qué capacidades tiene realmente el ácido lipoico? Sus efectos, muy variados en nuestro cuerpo, le confieren multitud de responsabilidades. Sin embargo, no existen evidencias científicas fuertes para alguno de los beneficios más buscados de esta sustancia, como es su supuesta capacidad adelgazante. Esto es lo que sabemos del ácido lipoico.
¿Qué es el ácido lipoico?
El ácido lipoico o ácido alfa lipoico (ALA) es un derivado del ácido graso octanoico que tiene numerosas funciones en nuestro cuerpo (y en el de muchos organismos). Esta molécula actúa en el metabolismo de los cetoácidos, es decir, en el procesamiento energético. También participa en el control de la glucosa, mejorando la respuesta a la insulina y reduciendo el colesterol LDL.
Además de estas dos funciones, que son las que más nos interesan ahora, al ácido lipoico se le atribuyen otros papeles metabólicos relacionados con el sistema neurológico y diversas reacciones metabólicas básicas. Pero, volviendo a la cuestión de este artículo, nos interesan especialmente las dos primeras, como veremos más adelante.
El ALA no se considera, en ningún caso, un nutriente esencial. Podemos sintetizarlo a partir de una grasa, el ácido octanoico, o caprílico, en el hígado principalmente, aunque también en nuestros riñones y otros tejidos. También está disponible a través del alimento, normalmente en su forma precursora. Así, lo encontramos en las espinacas, el brócoli, la col verde, la lechuga, la acelga y, obviamente, las vísceras como corazón e hígados.
Además, también podemos encontrarlo como suplemento alimenticio en herbolarios, farmacias y otros comercios. Se suele vender en pastillas o polvo y su precio es muy variable según la casa comercial. Por último, el ALA se emplea como tratamiento, en dosis mucho mayores, para ciertas afecciones y el control metabólico, aunque aquí no entraremos por ser un campo específicamente médico.
El ácido lipoico, ¿ayuda a adelgazar?
Como hemos dicho, esta sustancia participa en el metabolismo energético, ayudando a la sensibilización a la insulina y a catabolizar grasas. ¿Significa eso que ayuda, también, a "quemarlas"? En la literatura científica existen algunos análisis que indican que sí, que podría funcionar de manera muy moderada pero significativa. Esto quiere decir que sí que podrían existir razones para pensar en que una suplementación podría ayudarnos a perder peso. No obstante, hay que mantener la cautela ante estas afirmaciones.
A pesar de que son varios los estudios, todavía no hay consenso suficiente al respecto. Algunos de los mismos cuentan con pocas personas dentro de la investigación, otros se han conseguido solo con modelos animales y varios de los metaanálisis revisan apenas cinco o diez estudios. Esto quiere decir, como ya hemos afirmado, que todavía es pronto. ¿Existen indicios? Sí. Pero eso no permite hablar del ácido lipoico como un suplemento que ayude a adelgazar de una forma totalmente tajante.
A su favor, podemos decir que su efecto de control en la sensibilidad de la insulina podría jugar un papel muy interesante, mucho más que el que hace como enzima catalizadora de grasas. Pero, no obstante, todavía sigue faltando una gran cantidad de evidencia científica de peso para poder atribuirle los beneficios que promete.
Mientras tanto, las autoridades como la EFSA solo admiten declaraciones de salud referentes a sus capacidades claramente probadas, esto es: su capacidad neuroprotectora y el incremento a la sensibilidad de la insulina. En ningún caso admiten el ácido lipoico como una sustancia que ayude a perder peso. Sus capacidades antioxidantes también son largamente debatidas. También advierten de su uso y del poco conocimiento sobre su toxicidad, lo que nos lleva a la siguiente cuestión.
¿Útil, inútil o peligroso? ¿En qué punto situamos al ácido lipoico?
En realidad, el ácido lipoico podría situarse con los tres adjetivos según la situación. Por ejemplo, sabemos que es útil como tratamiento para la neuropatía periférica asociada a la diabetes. Pero esto es un tratamiento terapéutico concreto. ¿Y como suplemento? Aunque mucho más livianas, algunas evidencias muestran ciertos beneficios para la suplementación y el control del peso.
No está tan claro su efecto como antioxidante en el cuerpo, a pesar de que sí se ha observado su capacidad de lidiar con los ROS, o sustancias oxidantes. Pero no ha sido observado como tal dentro del cuerpo y a nivel clínico, solo in vitro, en el laboratorio. Y otra cuestión: ¿es necesario suplementarse? ¿No podemos obtener las cantidades necesarias con la alimentación? Esta es otra duda difícil de responder.
Excepto para las pérdidas de peso, los datos sobre la suplementación y no suplementación no muestran grandes diferencias. Y aún en el caso de la pérdida de peso parece que falta la comparación entre una dieta rica en ALA y una dieta normal pero suplementada. Así que tampoco podemos hablar con seguridad de la utilidad de suplementar.
Por último, como decíamos, existe muy poca información sobre la toxicidad del ácido lipoico. Hace unos meses nos llegaba la noticia de que una enfermera había fallecido por intoxicación grave de esta sustancia. Aunque no trascendió la cantidad exacta, esta habría estado muy por encima de las dosis recomendadas para la suplementación. Incluso muy por encima de las dosis terapéuticas. No existen muchos casos parecidos. No obstante, las autoridades especifican que una cantidad máxima de 42 mg/día para una persona de 70Kg de ácido lipoico en adultos es aceptable desde el punto de vista de su seguridad como complemento alimenticio.
Para otras funciones, como es la de tratar la neuropatía diabética, se llegan a emplear hasta 600mg/día, y la dosis máxima utilizada ha sido la de 2400mg/día en ensayos clínicos y no se notificaron efectos adversos. Entre los efectos secundarios del ácido alfa lipoico están el dolor de cabeza, la sensación de hormigueo, las erupciones en la piel o los calambres musculares. En los peores casos llegan la urticaria, dolor abdominal, náuseas, diarrea y vómitos, además de orina maloliente. También existen manifestaciones de síndrome autoinmune a la insulina, aunque estas siguen siendo, por el momento, anecdóticas.
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La noticia Ácido lipoico para adelgazar: esto es lo que dice la ciencia al respecto fue publicada originalmente en Vitónica por Santiago Campillo .
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Autor: Santiago Campillo
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