lunes, 27 de enero de 2020

Ernest Sterzer, superviviente del holocausto con diabetes tipo 1

Hoy, 27 de enero, es el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, y nos unimos a este homenaje, con la historia de Ernest Sterzer, el único superviviente del holocausto con diabetes tipo 1 confirmado.

Ernest Sterzer, nacido en Viena, Austria, fue diagnosticado con diabetes tipo 1 en 1928, a los tres años de edad. Comenzó con inyecciones de insulina inmediatamente después del diagnóstico.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler y los nazis pusieron en marcha el Holocausto, un genocidio en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados.

Durante este tiempo,  la «Solución final de la cuestión judía» de Hitler consistió en retener a millones de presos en los campos de concentración, entre ellos Sterzer.

Esta es la historia de cómo Sterzer sobrevivió el Holocausto y lo que tuvo que sufrir con el fin de procurar la insulina necesaria para sobrevivir.

Cambiando pan por insulina

Sterzer llegó al campo de concentración de Theresienstadt en Checoslovaquia el 1 de octubre de 1942. Tuvo que dormir en el frío suelo, y con la mayoría de las personas mayores a su alrededor muriendo debido a las terribles condiciones y por inanición.

Sterzer consiguió obtener  insulina robando pan en la panadería en la que trabajaba, y cambiándolo por  insulina con una mujer que su madre encontró. Para obtener la insulina, esta mujer se convirtió en la amante de un policía checoslovaco que custodiaba el gueto.

Durante el viaje de Theresienstadt a Birkenau, el campo judío de Auschwitz, el 15 de octubre de 1944, Sterzer perdió una pequeña funda de cámara de fotos, que contenía una jeringa, agujas y seis botellas de insulina. Llegaron a Auschwitz el 17 de octubre 1944.

Llegada a Auschwitz

Después de dos días sin insulina, Sterzer estuvo en coma durante la noche y despertó dos días más tarde en un hospital. El médico que se hizo cargo, un judío ruso, tenía insulina disponible y a pesar del uso de una aguja oxidada, Sterzer logró evitar cualquier tipo de infección.

Aproximadamente dos semanas después, corrió la noticia de que las tropas rusas avanzaban sobre Auschwitz y los prisioneros tendrían que ser trasladados.

El médico de Sterzer le salvó de una muerte inevitable a manos de guardias de las SS afirmando que su enfermedad se debía a una «pierna hinchada» y que se encontraba lo suficientemente bien como para ser evacuado de Birkenau.

Sterzer también se las arregló para recibir un pequeño paquete con la medicación por parte del médico. Sin embargo, este fue robado antes de que los prisioneros fueran trasladados de campos, y Sterzer se encontró nuevamente viajando sin insulina.

Heinkel Werke

Después de subir a un tren de ganado, Sterzer se encontró en Heinkel Werke, una de las mayores fábricas de aviones de Alemania. Habían pasado tres días desde que se había inyectado insulina.

Habiendo llegado a las 01:00, los médicos de prisioneros se presentaron a las 07:00 y Sterzer, apenas capaz de ponerse de pie, logró informar a uno de los médicos acerca de su diabetes tipo 1.

Se le inyectó insulina horas antes de lo que  probablemente hubiera sido su muerte, y se le dio un plato de sopa caliente – el primer alimento que había consumido en tres días.

Este médico visitó Sterzer cada tres días para suministrarle  insulina, pero su condición física estaba empeorando, y después de 10 días en Heinkel, su pierna derecha se había hinchado hasta el punto que no podía caminar.

A Sterzer se le dio un respiro temporal cuando fue admitido en un hospital para judíos, pero al cabo de una semana, se le informó de que el suministro de insulina estaba agotado.

Posteriormente, a Sterzer se le dijo que volvería a ser trasladado, esta vez a Oranienburg-Sachsenhausen.

Oranienburg-Sachsenhausen

Oranienburg tenía un hospital bien equipado ya que fue construido en 1933, principalmente para los presos políticos y criminales.

A Sterzer se le comprobaba la orina dos veces al día, y los niveles de azúcar una vez al día.

Después de tres semanas en Oranienburg, Sterzer le apareció una secreción de pus constante en el oído (se le dijo que había desarrollado una mastoides). Al día siguiente,  se le produjo  parálisis del velo del paladar.

Después de evacuarle del transporte a Bergen-Bergen, donde probablemente habría sido gaseado, Sterzer, obtuvo un trabajo en el hospital, entregando alimentos a los presos y lavando los platos.

Esto terminó abruptamente cuando un guardia de las SS descubrió que un judío estaba trabajando en el hospital.  Sterzer recibió una paliza a la que se refirió como «uno de los peores momentos  que he vivido”

Evacuación de Oranienburg

Después de recibir una jeringa y un poco de insulina de un enfermero, Sterzer y el resto de los prisioneros fueron evacuados de Oranienburg.

Se le hizo caminar 16 horas al día en lo que se conoce como la «marcha de la muerte», donde cualquier  prisionero que no fuese capaz de mantener el ritmo recibía un disparo.

En la mañana del 2 de mayo de 1945, la última guardia de las SS había abandonado el grupo de Sterzer, debido a la lucha entre las tropas de Estados Unidos y Alemania en Schwerin, una ciudad de aproximadamente dos millas al norte de su ubicación.

Sterzer tuvo la oportunidad de escapar y encontró a dos soldados estadounidenses que lo recogieron y proporcionaron tratamiento médico.

Regreso a Viena

Al llegar de vuelta a Viena tres semanas más tarde, Sterzer descubrió que su padre había sido gaseado en Auschwitz. Su madre también murió en los campos de concentración, mientras que su hermano fue capaz de volver a Viena.

En los principales hospitales de Viena, no habia insulina, siendo los campos de concentración los únicos lugares en los que Sterzer habría sido capaz de obtenerla.

Sterzer quedó ciego en 1953 debido a las hemorragias sufridas a manos de los guardias de las SS y las complicaciones derivadas por no inyectarse insulina a diario

Consiguió a fundar  el  “Superior Addressing y Mailing Service” en Nueva York con la ayuda de su perro guía, Sheila.

Ernest Sterzer murió el 1 de mayo de 1973.

Fuente: VIA DIABETES.CO.UK

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