Durante los últimos años se ha intensificado el debate sobre los alimentos ultraprocesados, el abuso por parte de usuarios y de la industria de azúcares añadidos y de grasas trans y, en general, sobre la cada vez más creciente mala alimentación que existe en países como el nuestro.
Nos encontramos con que cada vez más niños tienen enfermedades como diabetes, antes consideradas de adultos, derivadas entre otras cosas de esta mala nutrición y del estilo de vida sedentario. Además, empezamos a padecer lo que se conoce como malnutrición - que no desnutrición -.
Siendo este problema ya una cuestión de salud pública, la duda para muchos es si los gobiernos tienen que empezar a tomar cartas sobre el asunto y regular este tipo de alimentos. Hace unos meses hablábamos con expertos que nos daban su opinión sobre quién tenía que participar en esta regulación.
Qué tipo de regulaciones se han llevado a cabo y se plantean
Por lo pronto, el Ministerio de Sanidad Español anunció hace unos meses algunas medidas en el ámbito de la alimentación y la nutrición, con el fin de frenar los altos índices de obesidad. Entre ellos, se indicó la implantación de un nuevo etiquetado nutricional frontal, conocido como Nutri-Score, que permite con un código de colores - verde, ámbar y rojo - conocer si los diferentes nutrientes que contiene ese alimento superan o no las recomendaciones sanitarias.
Además, se informó del desarrollo de la Ley de Seguridad Alimentaria, de manera que se prohibiera la venta de alimentos con perfiles nutricionales bajos en hospitales, centros escolares y otras administraciones sanitarias. También se consideró la idea de reformar el código PAOS.
En Cataluña, igual que en otros países como Reino Unido, se han llevado a cabo subidas en los impuestos a bebidas azucaradas
Según indicaban, esta reforma se daría para regular la publicidad en alimentos con perfiles nutricionales bajos que estuvieran especialmente dirigidos a menores de 15 años. Por el momento, ninguna de estas medidas ha sido implantada.
En Cataluña, igual que en otros países como Reino Unido, se han llevado a cabo subidas en los impuestos referidos a las bebidas azucaradas. La idea detrás de esta medida está una idea disuasoria a la hora de comprar este tipo de bebidas.
De hecho, en Reino Unido se han llevado a cabo todavía más medidas, hasta el punto de que llegaron a prohibir que los menores de edad no tuvieran permitido comprar bebidas energéticas. Uno de los chefs más conocidos del país, Jamie Oliver, lleva a cabo varias campañas para promover la buena salud alimentaria, entre ellas, propone regular la publicidad de comida basura. Para ello, lanzó el hastagh #AdEnough.
Por su parte, en la capital Holandesa, Ámsterdam, se han tomado ciertas medidas para intentar controlar el índice cada vez mayor de obesidad - concretamente de obesidad infantil -. Para ello, no permitían a los menores llevar otra bebida más que agua al colegio, se pusieron más fuentes en la ciudad, se impartían clases de cocina saludable en los colegios, entre otras cosas.
Sirven para algo o no estas medidas
Las medidas están propuestas o implantadas en algunos países. Sin embargo, la pregunta que se hacen muchos es: ¿realmente sirven de algo estas medidas? Además, surge la duda de si este tipo de medidas no podrían afectar especialmente a las rentas más bajas o si no estarían coartando la libertad individual.
Por suerte, ya empiezan a llegar los primeros datos del efecto de la implantación de estas medidas en los diferentes países y ciudades, además de los resultados de numerosos estudios al respecto.
En el caso de Cataluña y sus impuestos a las bebidas azucaradas, por ejemplo, se encontró que un año después de imponerlo, el consumo de bebidas azucaradas se había reducido de manera importante en la Comunidad Autónoma. En este caso, el impuesto suponía pagar 4 céntimos más por lata de refresco, y con ello parece haberse dado un interesante efecto disuasorio en la población.
Por otro lado, los datos sobre el efecto de la regulación en la publicidad también empiezan a aportar datos interesantes. Así, algunas investigaciones han estudiado el efecto de la regulación en las latas de refrescos, añadiendo gráficos de advertencias como los del tabaco.
En este caso, las investigaciones al respecto encuentran que incluir en las latas de refrescos gráficos que adviertan de la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el mayor riesgo de diabetes, daño dental u obesidad, sí que podría funcionar para reducir el consumo de estas bebidas.
Se trata de una medida, por tanto, que entra en la regulación de la propia bebida, sin suponer ningún impuesto económico y que podría influir en la disminución de su consumo.
Además, la APA (American Psychological Association) realizó un informe en el que señalaba el impacto que los anuncios sobre comida nutricionalmente baja tenía en los menores. Encuentran que los anuncios dirigidos a niños, influyen en los gustos, dieta y preferencias de estos en cuando a alimentación y están relacionados con un aumento de la obesidad infantil.
Indican también que, aunque algunas empresas aseguran autorregular sus anuncios, no ha tenido un impacto en los menores, entre otras cosas porque tres de cada cuatro anuncios de comida siguen siendo de productos nutricionalmente bajos. Los anuncios sobre comida ocuparían hasta el 50% del tiempo de anuncios en pantalla.
Regular la publicidad sobre patatillas fritas podría suponer que su consumo se redujera hasta un 15%
Algunas investigaciones señalan que, por ejemplo, regular los anuncios sobre patatillas fritas podría suponer que su venta o consumo se redujera en un 15% o del 10% si las empresas de patatillas fritas respondieran a la regulación de sus anuncios con una bajada de precios.
En cualquier caso, algunas investigaciones señalan que, por ejemplo, en el caso de Reino Unido que sí ha empezado a regular ya los anuncios de alimentos nutricionalmente bajos, los niños siguen estando muy expuesto a este tipo de publicidad en televisión. Por ello, los expertos siguen recomendando un mayor control de estos anuncios, combinado con otras medidas.
La Organización Mundial de la Salud realizó un informe sobre los criterios que habría que tener en cuenta a la hora de hacer una regulación de la publicidad exitosa. Entre otras cosas, indicaba la importancia de establecer bien qué criterio nutricional se utilizaba a la hora de decidir qué alimentos no podían ser publicitados para niños.
También el rango de edad de los niños que deberían ser protegidos de este tipo de publicidad - actualmente no hay un acuerdo si son menores de 11 años (el criterio autorregulador de la industria de la alimentación), menores de 16 o menores de 18 años.
Además, habría que establecer bien qué tipos de anuncios se quieren regular y cuál es el criterio para considerar un anuncio como dirigido a niños y menores. Solo de esta manera se obtendrá una regulación clara y común donde no se deje lugar a las "trampas" o interpretaciones libres.
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La noticia Regulación en la publicidad de alimentos pocos saludables: qué efectos reales tiene en la población fue publicada originalmente en Vitónica por Iria Reguera .
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Autor: Iria Reguera
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